Ultimamente, existe un discurso alentado desde algunos sectores de nuestra sociedad, que pretende desacreditar a los empleados públicos ante la ciudadanía, alegando que son demasiados, que trabajan poco y mal. Acusándolos tambien de mantener privilegios al contar con un empleo estable. Toda una serie de falsedades que pretenden generar una fractura, un enfrentamiento entre quienes trabajan en la Administración Pública y los que trabajan en la empresa privada.
Una opinión que rechazo categóricamente, y afirmo que nada esta más alejado de la realidad que esta versión despreciativa y ofensiva hacia los empleados públicos.
La opinión pública debe saber que entre estos empleados existe un índice de temporalidad elevado, superior al 25%, en los sectores de sanidad, educación, servicios sociales, y en la administración local se supera el 35%. Los principales recortes estan afectando a estos sectores a los que se une, la seguridad pública, la limpieza viaria, la protección social. Todos ellos conforman un modelo de pretaciones que determinados poderes económicos quieren poner en entredicho.
Por eso cuando se pretende NO garantizar estos servicios para el conjunto de la ciudadanía y ante quienes los perciben exclusivamente como un negocio, pretendiendo instaurar la idea de que son sinónimo de derroche, ineficacia y mediocridad, desde aquí y entre todos,debemos concienciar, y demostrar, que los servicios públicos no son gratuitos, que se pagan con nuestros impuestos, que son sinónimo de protección social, de compromiso social y debemos resaltar la defensa de sus trabajadores y el papel que desempeñan en el mantenimiento de derechos y garantías.
Solo rechazando ese discurso que algunos pretenden, evitando el enfrentamiento con la empresa privada, respetando el papel que cada uno desarrolla, mantendremos una sociedad más democrática y solidaria, basada en la igualdad de oportunidades y en la equidad
